El mercado de las criptomonedas se vuelve cada vez más variado, siendo posible encontrar no solo monedas con valores que superan las decenas de miles de dólares, sino también opciones estables que anclan su valor en monedas fiduciarias y que cuentan con el apoyo de algunas de las principales instituciones financieras del mundo.
Aunque este nicho del mercado “cripto” cuente con muchas opciones en la actualidad, lo cierto es que habría una que está acaparando todos los titulares: Shiba Inu Coin. Pero, ¿qué es esta moneda, por qué luce tan similar al famoso Dogecoin, y qué se espera para ella en el mediano y largo plazo? Aquí te lo explicamos.
¿Qué es Shiba Inu?
Si bien muchos la trata de criptomoneda, la realidad es que Shiba Inu es lo que se conoce como un token ERC-20 desarrollado dentro de la cadena de bloques de Ethereum. Este activo digital, creado en el 2020, cuenta con todo un ecosistema propio que incluye varios token adicionales y su propio exchange descentralizado.
“En tan solo un par de meses, su valor ha incrementado más de 700% y ha superado la capitalización de mercado de Dogecoin, la memecoin que inspiró su creación. Aunque esto pueda sonar impresionante, en realidad el valor de Shiba Inu seguiría siendo “bajo” en comparación con otras monedas virtuales, situándose actualmente apenas por encima de los 0.00006 dólares.
Shiba Inu vs Dogecoin, ¿cómo se diferencian?
Los creadores de Shiba Inu Coin han tratado de posicionarla como la “asesina del Dogecoin” (Dogecoin Killer), sin embargo, lo cierto es que ambas serían muy distintas tanto en concepción y en utilidad, como en escalabilidad.
La principal diferencia es que Dogecoin sería una criptomoneda que sigue un protocolo de prueba de trabajo (PoW, por sus siglas en inglés), mientras que Shiba Inu sigue un algoritmo de prueba de participación (PoS). Esto significa que Shiba Inu no puede minarse de manera tradicional, algo positivo en cuanto a la reducción del gasto eléctrico se refiere.
A pesar de que Shiba Inu cuente con una blockchain mucho más escalable y moderna, Dogecoin seguiría siendo mucho más relevante en el mercado, teniendo no solo apoyo institucional sino también con una hoja de ruta más prometedora.
El mercado de las memecoin
Pueden ser diferentes, pero ambas forman parte del mercado de las memecoin, criptomonedas “meme” que no tendrían mayor objetivo que parodiar el funcionamiento del mercado. Aunque los desarrolladores de estos proyectos han mostrado su interés por “enseriar” sus actividades, lo cierto es que la mayor parte de los inversores seguirían prefiriendo opciones mucho más reputables.
Estas no solo serían menos atractivas para los grandes capitales, sino que tampoco serían lo suficientemente accesibles. Para invertir en monedas como Bitcoin, Ethereum, XRP o similares, no es necesario más que crear una cuenta en un servicio de intercambio como Binance, o realizar un importe inicial en bots de inversión como Bitcoin trader.
No solo esto, sino que en algunos países incluso es completamente imposible (de momento) invertir en ellas, ya que las plataformas varían su catálogo de acuerdo a la región. En contraste, las monedas tradicionales pueden comprarse y venderse tanto en plataformas de derivados europeas como bitcoin-codenorway.com, como en exchanges latinoamericanos como Bitso.
Shiba Inu apenas tiene un año en el mercado, por lo que predecir su futuro es demasiado precoz y, aunque la tecnología tras esta moneda sea atractiva para muchos, lo cierto es que (de momento) no es más que una memecoin.