Tecno:
La importancia de las aplicaciones para celulares

Estacion Lujan WebRadio

Las aplicaciones para celulares forman parte de nuestras vidas desde hace ya algo más de dos décadas. Desde la aparición de los smartphones, se han ido popularizando hasta ir ocupando todos los espacios libres de nuestros dispositivos.

Se calcula que en Argentina los usuarios pasan unas siete horas al día conectados al celular y que se tiene de media unas treinta apps por persona, de las cuales una docena son de uso recurrente.

Plataformas hay de todo tipo, pero aquellas que ocupan las primeras posiciones del ranking están relacionadas con actividades de entretenimiento. Cabe destacar las redes sociales como Instagram y Facebook, plataformas de contenido audiovisual como la popular Netflix o algunos títulos de juego que lideran la lista de los más descargados en los mercados de aplicaciones iOS y Android como son Aplasta Palabras, Clash of Clans o Free Fire.

Sahumerios El Sensei

Otras prácticas tradicionales que antes eran habituales de lugares físicos también han migrado a las pantallas. Estamos hablando, por ejemplo, de las partidas de póker que propone la aplicación móvil gratuita y multidispositivo de PokerStars. En pocos pasos y de manera rápida, fácil e intuitiva, siempre que se cuente con una óptima conexión a la red, habrá una partida o un campeonato de cartas esperando.

Ventajas para los usuarios

Las aplicaciones móviles están muy bien valoradas por los usuarios porque ofrecen velocidad en las acciones a través del celular. Si no existieran, para realizar una actividad se debería acudir al buscador y realizarla en un entorno digital que muchas veces no está adaptado a las necesidades de la pequeña pantalla. Así pues, se perdería tiempo y la calidad de los contenidos dejaría bastante que desear, algo que se ve en muchas de las apps más descargadas en su versión escritorio.

aplicaciones para celulares

El hecho de contar con un acceso directo desde el smartphone ofrece una comodidad pocas veces vista. Por ejemplo, uno puede disfrutar de su serie o juego favorito desde cualquier lugar, de manera rápida y sin tener en cuenta el momento del día en el que se encuentra. Ya sea en el sofá del salón o esperando el colectivo, haciendo clic en la app se desarrollará la actividad que uno quiera llevar a cabo sin consultar diferentes páginas ni invertir demasiado tiempo en esperas.

Grandes beneficios empresariales

No podemos obviar que las aplicaciones también comportan grandes beneficios a las compañías. Una de ellas es la publicidad, el simple hecho de ser visible ante el público, que está considerada como una de las mejores maneras de darse a conocer en el mundo digital. Además, pueden ofrecer servicios personalizados y experiencias únicas; así como proponer descuentos o promociones vía notificación para que el usuario las siga teniendo presentes a lo largo de su día.

También son consideradas como una gran fuente de datos, algo que en el mundo virtual se valora mucho. Las aplicaciones proporcionan informaciones de los usuarios que pueden ser tratadas para mejorar el servicio y tener estadísticas relevantes como, por ejemplo, la edad, la localización, la actividad registrada dentro la propia app, el tiempo de uso, las compras realizadas o qué objetivos tiene el internauta. Todo queda bajo un estricto registro.

Conociendo todos estos detalles, una de las tareas que busca toda compañía con aplicación en el mercado es la de fidelizar al cliente. Conociendo aquello que le inquieta y ofreciendo respuesta a los problemas que le puedan aparecer, hace que se valore mejor el servicio de empresas que tienen plataformas en los celulares y que están presentes cuando surge una dificultad. Ofrecer una buena atención al cliente y calidad en el servicio es de valorar.

Finalmente, las aplicaciones pueden ser una vía de ingresos extra. Algunas de ellas son de pago, pero hay muchas otras que se ofrecen de manera gratuita. Estas últimas tienen como principal método de supervivencia en la era digital los ingresos publicitarios, en muchas ocasiones molestos pero necesarios para el negocio; o transacciones de baja cuantía que se proponen para seguir desarrollando la actividad en cuestión.