En el final de la peregrinación a Luján la Iglesia abogó por el fin de la grieta, al clamar por la unidad nacional y rogar “por nuestros gobernantes para que busquen ser instrumento de encuentro entre los argentinos”.
“Qué lindo sentirnos en el camino como hermanos, como un pueblo peregrino, fraterno, solidario, cómo nos gustaría que esta fuerza fraterna se proyecte sobre la Argentina”, dijo Poli desde un altar armado en la Plaza Belgrano, junto a la basílica.
El cardenal rogó también para que “encontremos la paz y la ayuda necesaria para unirnos como pueblo” y “por nuestros gobernantes, para que busquen ser instrumento de encuentro entre todos los argentinos”.
La unidad nacional fue el eje del ruego comunitario de esta peregrinación luego de que en el último año uno de los principales anhelos que los fieles que fueron a Luján escribieron en el libro de visitas fue ese.