El ministro de Justicia y Derechos Humanos y el titular de la Dirección General de Cultura y Educación encabezaron en la Unidad 1 de Olmos el acto de comienzo de clases de nivel primario, secundario, terciario, universitario y de formación laboral de 32.000 presos.
Un total de 32.000 internos comenzarán desde hoy a cursar sus estudios de nivel primario, secundario, terciario, universitario y de formación laboral en las distintas dependencias del Servicio Penitenciario Bonaerense en donde se encuentran alojadas.En ese marco, Alak destacó que “los cursos de educación formal en contexto de encierro constituyen una herramienta fundamental para adquirir conocimientos, fortalecer el desarrollo personal de las personas en conflicto con la ley y brindarles nuevas oportunidades para cuando la justicia disponga su egreso del sistema penal”.
Son 4.403 las personas privadas de la libertad que estudian en los Centros de Formación Profesional de la Dirección General de Cultura y Educación y en los Centros de Formación Laboral del Ministerio de Trabajo. Otros 9.818 realizan cursos dictados por Personal Penitenciario y capacitaciones privadas; y 2.633 llevan adelante capacitaciones formales a través de convenios con sindicatos, empresas y organizaciones de la sociedad civil.
[rl_gallery id=”11870″]En el presente ciclo lectivo la matrícula de estudiantes universitarios arrojó una cifra récord, con 1350 alumnos, de los cuales 470 son ingresantes de universidades nacionales y provinciales con asiento en la Provincia y que cuentan con programas de educación en contexto de encierro.
En ese orden, cabe subrayar que en 2021 se inauguraron los primeros pabellones universitarios de mujeres de Latinoamérica, que funcionan en las unidades carcelarias N° 8 de Los Hornos y N° 47 del complejo penitenciario de San Martín.
Además, por primera vez en la historia del SPB, en este ciclo 2022, niños cuyas mamás están privadas de su libertad concurren a los jardines maternales de la Provincia, cercanos a su unidad de alojamiento o al domicilio familiar.
Estas acciones de inclusión educativa permiten garantizar la matrícula cuando la madre recupera su libertad y, por otra parte, fortalece el contacto cotidiano con sus familiares, favoreciendo el desarrollo afectivo y la socialización de los niños y niñas.
En torno a la incorporación de la virtualidad a través de una red informática en las 65 unidades penitenciarias y alcaidías creadas durante la pandemia, se destaca que aumentó notablemente el rendimiento académico de las y los estudiantes respecto a las materias rendidas.