Condicionados por una regulación de precios que no contempla la evolución de sus costos operativos y la necesidad de inversiones constantes para el mantenimiento y actualización de las redes, los pequeños proveedores de internet y sus empleados tienen un futuro incierto.
La Cámara Argentina de Pequeños Proveedores de Internet (CAPPI), pone en conocimiento de la opinión pública la difícil situación en la que se encuentran los emprendimientos y PyMEs proveedoras de servicios de internet que, como producto de la regulación de precios impuesta por el DNU 690, ven comprometida su subsistencia a futuro por el impacto de los aumentos en los costos, en su gran mayoría asociados a la evolución del dólar.Por la gravedad de esta situación, los pequeños proveedores de internet, que operan, invierten y dan trabajo principalmente en pueblos y pequeñas localidades de interior del país, se encuentran en una difícil situación económica luego de meses en los que debieron solventar con sus ahorros el subsidio a los precios que las autoridades han impuesto sin contemplar la estructura de costos que deben afrontar las PyMEs que proveen sus servicios en esas localidades.
En el interior del interior, por más pequeñas que sean las localidades, existe al menos una PyME que provee el servicio de internet, nacida en muchos casos por el empuje emprendedor de un vecino de esa misma localidad que ante la falta de una oferta de conectividad decidió ponerla en marcha, generando inversión genuina y empleo local.
Con una inflación que en 2020 superó el 36%, los pequeños proveedores de internet no tuvieron posibilidad de adecuar los precios de sus servicios durante todo el año pasado. Ya corriendo 2021, la inflación acumulada de los cuatro primeros meses se ubicó en el 17,6%. Con esta pesada mochila que supera ampliamente el 50%, sin criterio conocido, el ENACOM ha autorizado solamente aumentos por un máximo del 22% (8% en enero, 7% en febrero y 7% en marzo) aplicables sobre valores que en la mayoría de los casos no se ajustaban desde fines de 2019.
“Este es el combo explosivo que se combina con costos que no paran de crecer, en principio por la mera evolución de la inflación, del tipo de cambio, de los costos laborales y hasta del precio de la nafta, pero también por un consumo mucho mayor de ancho de banda por parte de los usuarios del servicio, que dispara una mayor erogación en conectividad mayorista, haciendo imposible cualquier intento de equilibrar la ecuación económica”, sostuvo sobre esta delicada situación Rodolfo Bianchi, vicepresidente de la Cámara Argentina de Pequeños Proveedores de Internet (CAPPI).
En palabras de Fermín Sodini, Gerente de Operaciones de Amecom, ISP que provee internet en Villa Gobernador Gálvez, el Sur de Rosario, Alvear, Pueblo Esther y otras localidades de la región sur de Santa Fe: “En los últimos dos años nuestros precios fueron por debajo de la inflación y hoy la ecuación de nuestro negocio depende de lo que un funcionario en Buenos Aires cree que está bien que yo aumente, sin importar como me aumentaron a mí los costos, o de cuanto es la factura de mis contratos de conectividad mayorista que son en dólares y mucho menos si alcanza para absorber el impacto de los aumentos de la nafta y el gasoil en nuestro gasto de movilidad”.
En relación a la incidencia del costo de conectividad mayorista, Fermín Sodini sostuvo: “Siendo uno de los ISPs más grandes de Rosario, al día de hoy seguimos sin poder conectarnos a la red de ARSAT que, por otro lado, vende el mega mayorista más caro que el valor del mega de la Prestación Básica Universal (PBU) que estamos obligados a vender al usuario final. Es un despropósito que sean las empresas las que tienen que subsidiar la PBU”.
En el mismo sentido, Jesús Gil agregó: “En nuestro caso estuvimos cerca de dos años esperando poder conectarnos a la fibra de ARSAT y finalmente desistimos. Fue imposible”. El director de este pequeño proveedor de la localidad de Tunuyán agregó que: “No hay dudas que proveemos un servicio que es esencial, pero eso implica para nosotros hacernos cargo y asumir costos de tener estructura y atención 7×24”.
Frente a esta acuciante situación que viven los pequeños ISPs, la Cámara de Pequeños Proveedores de Internet (CAPPI) se pone nuevamente a disposición de las autoridades para generar en forma urgente una mesa de diálogo que permita dar una rápida solución a esta situación que no hace más que agravar el ya altísimo nivel de concentración que existe actualmente en el mercado de telecomunicaciones en Argentina.
Justamente cuando lo que se necesita es todo lo contrario: una industria más competitiva, más inclusiva y más federal, objetivo que solo puede ser alcanzado a través de políticas públicas y regulaciones asimétricas que específicamente busquen nivelar la cancha impulsando una mayor participación de las PyMEs en el mercado.
La Cámara Argentina de Pequeños Proveedores de Internet -CAPPI-, reúne a pequeñas y medianas empresas proveedoras de internet de la República Argentina que, a través de la asociatividad y la complementación, buscan motorizar el sector y promover un crecimiento sustentable, de la mano de las nuevas tecnologías de la información.
Participan en CAPPI distintas empresas y emprendedores dedicados a la conectividad, internet, el desarrollo de productos de software, servicios de soporte y la capacitación informática, entre otros.