Excombatientes de ambas naciones que se enfrentaron hace 40 años se encontraron en la basílica nacional de Luján para compartir un oficio religioso pidiendo por la paz en el marco de los 40 años del conflicto del atlántico sur.
Encabezado por el obispo castrense, monseñor Santiago Olivera, el oficio religioso fue concelebrado por su par británico, monseñor Paul Mason, y capellanes militares de uno y otro país, organizado por por la asociación civil “La Fe del Centurión”, en el marco de los encuentros y conmemoraciones por los 40 años de la guerra de Malvinas. “Nuestros hermanos de la Fe del Centurión y los que colaboraron con ellos, han sido instrumentos para que una vez más tomemos conciencia de que la paz es un bien al que debemos aspirar todos y desearla vivamente, porque en verdad ‘los que trabajan por la paz serán llamados hijos de Dios’. Esta es nuestra fe, esto es lo que creemos”, recordó Olivera en la homilía.“Cerramos estos días históricos desde la sencillez, que también sin duda, es ‘semilla de Evangelio’ en esta Iglesia de Luján, nuestra casa, la casa de todos, porque es la casa de la Madre”, agregó, y completó: “Muchos sentimientos nos evoca María, ella estuvo, ella está y siempre estará acompañando a cada uno de sus hijos, a cada hombre y mujer que confían en Dios”, mencionó Olivera en su homilía.
“Tenemos que entender que lo que nos salva o condena, es el amor o el desamor. Los discípulos de Jesús debemos optar por el amor, y como Él estamos llamados a amar siempre y a todos, y como dice nuestro Papa ‘a primerear en el amor’”.
Monseñor Olivera concluyó pidiendo que “María, nuestra Madre, nos ayude a vivir este tiempo de conversión, a los que gobiernan las Naciones, a los que vivimos en ellas, que a todos nosotros hombres y mujeres el Señor nos sostenga y ayude para vivir con criterios exigentes y posibles del Evangelio de Jesús”.