Desde el Observatorio de Adicciones de la Defensoría del Pueblo bonaerense se elaboró una cartilla informativa a los efectos de visibilizar la SQ (Sumisión Química), y advertir sobre los riesgos de este tipo de prácticas en ambientes de la nocturnida.
“Pese a que en distintos países se ha avanzado en políticas públicas de abordaje y prevención, en la Argentina es todo incipiente. Es más, la SQ carece de una denominación y no es mencionada y discriminada en la estadística criminal nacional”, explicó Walter Martello, Defensor del Pueblo Adjunto de la provincia de Buenos Aires y responsable del Observatorio.
Martello remarcó que resulta de suma importancia la visibilización y concientización social de este fenómeno a los efectos de su prevención y de la generación de la percepción de riesgo.
Cabe destacar que la principal sustancia que se utilizar para perpetrar este accionar es el alcohol, aunque no es la única. Existen más de 50 drogas que pueden ser utilizadas con este fin.
Desde el Observatorio también se realizó un relevamiento que abarcó investigaciones científicas, marcos normativos y políticas públicas aplicadas en distintos países (especialmente España, Francia e Inglaterra). El objetivo de dicho trabajo es que sirva como insumo para la elaboración de programas específicos en la Argentina.
Las recomendaciones de políticas públicas elaboradas por la Defensoría incluyen la perspectiva de género, teniendo en cuenta que, precisamente, son las mujeres quienes tienen mucho más riesgo de ser las víctimas. Algunas de las propuestas son:
-Informar y capacitar adecuadamente al personal judicial, policial, médico y forense sobre las características de la sumisión química.
-Diseñar e implementar un protocolo de actuación homogéneo y normalizado de tratamiento de posibles víctimas de sumisión química, que evite la revictimización, y permita una rápida recolección de muestras a efectos de constituir prueba legal.
-Comprometer a los lugares de ocio y nocturnidad (discotecas, bares, paradores de playa, etc.) a detectar y salvaguardar a potenciales víctimas de sumisión química.